Eso es a lo que yo me tuve que enfrentar hace casi siete años cuando me quedé embarazada de mi niña. Mi jefe siempre se había comportado conmigo como una excelente persona, yo era su secretaria y en labores contables y un poco de gestión su mano derecha.
Nada podía hacerme sospechar el tipo de persona machista para la que yo trabajaba, hasta el momento en que le dije que me casaba, hay empezó a cambiar todo verdaderamente. Primero empezó a estar más raro, a penas si me dirigía la palabra en el despacho, hasta que decidí coger el toro por los cuernos y preguntarle que pasaba.
El tío tuvo la desfachatez de decirme que estaba pensando despedirme, por que si me casaba el suponía que querría ser madre y eso lo iba a cambiar todo. Me pregunto cuantos hijos quería tener y con que intervalo de tiempo de separación, yo logré tranquilizarlo diciéndole que mi trabajo no se vería alterado si decidía ser madre y parece que de momento funcionó.
Funcionó hasta que me quedé embarazada de mi niña, entonces empezaron los problemas, empezaron poco a poco con pequeños cambios de actitud, comentarios machista como, embarazada eres un estorbo para esta empresa , lo mas sorprendente es que algunos compañeros albañiles justificaban este tipo de comentarios y hasta lo compartían diciendo que el pobre solo miraba por su empresa y yo le había echo una faena.
Parecía que tuviera que pedir perdón a todo el mundo por estar embarazada. Luego vinieron los férreos controles en los horarios me llamaba para comprobar que llegaba a en punto por la mañana, mediodía y me iba a en punto también, cosa que jamás había echo,cuando iba a mis revisiones tenía que llevar justificado la hora de entrada a las consultas y las de salida.
No sería capaz de explicaros lo mal y humillada que llegué a sentirme, pasé de ser mano derecha a mosca cojonera. Esta situación duró los nueve meses de embarazo, en varias ocasiones me dijo que si no lo podía aguantar me podia marchar, claro si me marchaba no tendría finiquito, y eso era algo que yo no estaba dispuesta a tolerar, soy muy luchadora y peleo por lo que es mío le dije TU NO VAS A PODER CONMIGO y cuando regrese de mi baja espero que tu actitud cambie o tendrás consecuencias.
Cuando regresé cambió pero a peor, me dijo que yo estaba allí porque no tenía dinero para despedirme, pero que no quería que hiciera absolutamente nada, vamos pase de SECRETARIA a FLORERO y ni siquiera tenía una mesa donde sentarme. No os podéis imaginar lo humillante que puede resultar ver la cara de tus antiguos compañeros,mirándote con una mezcla de incredulidad y pena ante la situación creada.
Cuando caí en una fuerte depresión y no pude aguantar más , llevaba ya dos meses con esa situación, fui y lo denuncié ante el sindicato que tomó cartas en el asunto y finalmente mi jefe y yo llegamos a un acuerdo. Todavía siete años después hay noches que sueño que me despide, y Sigo preguntándome ¿Por que?
la única contestación que tuve por su parte fué que como trabajadora mi rendimiento había sido excelente, pero que al ser madre, la empresa ya no sería lo prioritario en mi vida (COMO SI ALGUNA VEZ LO HUBIERA SIDO) y que por lo tanto mi obligacion ahora era ser madre y cuidar de mis hijos. Como veis fue una muy dura experiencia, que certifica lo del carácter luchador que trataba de explicar el otro día, yo conseguí cobrar hasta el último céntimo de mi dinero, a costa de mucho aguantar y padecer y gracias al apoyo de mi compañero y de mis padres y amigos.
Por desgracia este tipo de situaciones se siguen viviendo en nuestro país, y en todo el mundo.Jefes tiranos que abusan de su poder, y trabajadoras indefensas que necesitan del jornal para vivir o sacar adelante a sus familias. Lo peor de todo es que estos fichas fueron paridos por una mujer, pero me imagino que eso no les importa. Mañana más y mejor.
Nada podía hacerme sospechar el tipo de persona machista para la que yo trabajaba, hasta el momento en que le dije que me casaba, hay empezó a cambiar todo verdaderamente. Primero empezó a estar más raro, a penas si me dirigía la palabra en el despacho, hasta que decidí coger el toro por los cuernos y preguntarle que pasaba.
El tío tuvo la desfachatez de decirme que estaba pensando despedirme, por que si me casaba el suponía que querría ser madre y eso lo iba a cambiar todo. Me pregunto cuantos hijos quería tener y con que intervalo de tiempo de separación, yo logré tranquilizarlo diciéndole que mi trabajo no se vería alterado si decidía ser madre y parece que de momento funcionó.
Funcionó hasta que me quedé embarazada de mi niña, entonces empezaron los problemas, empezaron poco a poco con pequeños cambios de actitud, comentarios machista como, embarazada eres un estorbo para esta empresa , lo mas sorprendente es que algunos compañeros albañiles justificaban este tipo de comentarios y hasta lo compartían diciendo que el pobre solo miraba por su empresa y yo le había echo una faena.
Parecía que tuviera que pedir perdón a todo el mundo por estar embarazada. Luego vinieron los férreos controles en los horarios me llamaba para comprobar que llegaba a en punto por la mañana, mediodía y me iba a en punto también, cosa que jamás había echo,cuando iba a mis revisiones tenía que llevar justificado la hora de entrada a las consultas y las de salida.
No sería capaz de explicaros lo mal y humillada que llegué a sentirme, pasé de ser mano derecha a mosca cojonera. Esta situación duró los nueve meses de embarazo, en varias ocasiones me dijo que si no lo podía aguantar me podia marchar, claro si me marchaba no tendría finiquito, y eso era algo que yo no estaba dispuesta a tolerar, soy muy luchadora y peleo por lo que es mío le dije TU NO VAS A PODER CONMIGO y cuando regrese de mi baja espero que tu actitud cambie o tendrás consecuencias.
Cuando regresé cambió pero a peor, me dijo que yo estaba allí porque no tenía dinero para despedirme, pero que no quería que hiciera absolutamente nada, vamos pase de SECRETARIA a FLORERO y ni siquiera tenía una mesa donde sentarme. No os podéis imaginar lo humillante que puede resultar ver la cara de tus antiguos compañeros,mirándote con una mezcla de incredulidad y pena ante la situación creada.
Cuando caí en una fuerte depresión y no pude aguantar más , llevaba ya dos meses con esa situación, fui y lo denuncié ante el sindicato que tomó cartas en el asunto y finalmente mi jefe y yo llegamos a un acuerdo. Todavía siete años después hay noches que sueño que me despide, y Sigo preguntándome ¿Por que?
la única contestación que tuve por su parte fué que como trabajadora mi rendimiento había sido excelente, pero que al ser madre, la empresa ya no sería lo prioritario en mi vida (COMO SI ALGUNA VEZ LO HUBIERA SIDO) y que por lo tanto mi obligacion ahora era ser madre y cuidar de mis hijos. Como veis fue una muy dura experiencia, que certifica lo del carácter luchador que trataba de explicar el otro día, yo conseguí cobrar hasta el último céntimo de mi dinero, a costa de mucho aguantar y padecer y gracias al apoyo de mi compañero y de mis padres y amigos.
Por desgracia este tipo de situaciones se siguen viviendo en nuestro país, y en todo el mundo.Jefes tiranos que abusan de su poder, y trabajadoras indefensas que necesitan del jornal para vivir o sacar adelante a sus familias. Lo peor de todo es que estos fichas fueron paridos por una mujer, pero me imagino que eso no les importa. Mañana más y mejor.
Hoy os dejo el tema RESPECT de ARETHA FRANKLIN, eso es lo que todo el mundo nos merecemos seamos hombres o mujeres, jefes o trabajadores , y eso es lo que hay que conseguir.
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